
Tardamos más tiempo en decir una mentira que en contar
la verdad. Exactamente un 30% más, según acaba de demostrar un equipo
de investigadores británicos. Para probarlo han utilizado el test TARA(siglas de Timed Antagonistic Response Alethiometer),que plantea a los sujetos una serie de cuestiones en la pantalla de un
ordenador y analiza la velocidad de respuesta con un complejo
algoritmo. Los más lentos en contestar son también los más embusteros.
Aiden Gregg, psicólogo de la Universidad de Southampton y creador de
TARA, cree que las diferencias en la velocidad de respuesta se deben a
que mentir requiere una actividad cognitiva más compleja que ser honestos.
Y sugiere que este test podrá reemplazar a los actuales métodos para
detectar mentiras que usan los criminalistas. “Los mentirosos
habituales ya saben que las personas miran hacia otro lado o se tocan
la nariz cuando mienten, por lo que han aprendido a controlar sus
movimientos y mirar directamente a los ojos”, explica Gregg.
Además
está demostrado que los polígrafos, que miden cambios en la presión
sanguínea o la temperatura corporal, pueden “acusar” de mentir a muchos
inocentes.
Según los expertos, una persona normal dice tres mentiras en una conversación de diez minutos, a lo que hay que añadir un buen puñado de omisiones, faroles y exageraciones sin importancia. Sin embargo,los interlocutores solo detectan las mentiras en un 54% de las ocasiones.
En tiempo, esta serie se basa en parte al gran trabajo del Dr. Paul Ekman que ha sido un pionero en el estudio de las emociones y sus relaciones con la expresión facial.
fuente The Lie Detective
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